domingo, 6 de marzo de 2016

¿A qué juegan?

  
Elecciones, pactos, riñas, votaciones... ya conoces la historia y no la voy a repetir aquí.

Aún así, uno no puede dejar de sorprenderse por la aparente falta de sentido de las decisiones que están realizando los 4 actuales grandes partidos en su intento de formar gobierno. Se adivina cierta discrepancia entre lo que anuncian que quieren hacer y lo que parece que hacen, o al menos no parece que las decisiones que toman sean óptimas para lograr lo que dicen querer lograr.

Al mismo tiempo, no parece que decisiones de tal calado se tomen de forma improvisada o descuidada. Algo se nos escapa.

Intentaré arrojar algo de luz sobre este tema, con una serie de hipótesis sin mucha base pero que espero posean cierta coherencia interna como para formar una posible explicación.

Para empezar, comencemos con la extraña decisión de Mariano Rajoy (y del rey, si se acepta la explicación que daré a continuación) de, tras ser designado para intentar formar gobierno, renunciar a intentarlo.

Repasemos como funciona esto: el rey tiene una serie de entrevistas con los diferentes partidos políticos que han obtenido representación para intentar encontrar al candidato que puede obtener un mayor número de apoyos. Ese candidato puede ser cualquiera, incluso una persona no perteneciente a ninguna de estas listas. El requisito es que el candidato propuesto tenga una elevada probabilidad de ser elegido por la mayoría (absoluta o simple, con el sistema de dos votaciones) por los diputados electos.

El rey hizo las entrevistas, decidió que el candidato ideal sería Mariano Rajoy, y éste, esa misma mañana, anuncia que declina el ofrecimiento.

¿No hay algo que chirría en esto? ¿Algo que no acaba de encajar?

Veamos: ¿Cómo decide el monarca qué candidato es el que más probabilidades tiene de ser aceptado por la cámara? Se supone que los líderes de cada partido informan al rey del estado de las negociaciones que llevan a cabo con otros partidos y, posiblemente, el rey pregunta a cada partido qué les parecería tal o cual candidato.

Pero en el momento de ser elegido Rajoy, éste no había avanzado acuerdo alguno con ninguna otra fuerza política. Su propuesta, PP+PSOE+C's, era inviable por la negativa del PSOE a secundarla, negativa que se ha hecho explícita en todo momento, desde el resultado de las elecciones hasta ahora mismo. Aún así, él fue el candidato elegido, lo cual nos lleva a pensar que ningún otro partido había avanzado en absoluto en ese momento en tema de pactos. Al no haber ningún pacto, quien más votos tenía era la lista más votada y por ello Mariano fue elegido candidato a la investidura. Si, por ejemplo, el pacto PSOE-Podemos hubiera estado avanzado en ese momento, el candidato elegido hubiera sido el elegido por PSOE-Podemos (presumiblemente Pedro Sánchez), pues esa combinación poseería más apoyos que la de la lista de Rajoy en solitario.

No fue así, así que la primera conclusión que podemos obtener es que los partidos no habían avanzado en absoluto, hasta ese momento, en la elaboración de ningún acuerdo.

Por otro lado, tenemos que suponer que si el rey hubiera sabido que Rajoy declinaría la propuesta, no lo hubiera elegido. Eso nos lleva a pensar que cuando el rey y Rajoy hablaron en la ronda de reuniones de todos los partidos, éste le habría comunicado su disponibilidad para ser candidato, además de sus esperanzas en la obtención de apoyos de otras fuerzas. La negativa tuvo que ser, pues, posterior a esa ronda de entrevistas.

Así que algo tuvo que cambiar entre su ofrecimiento primero y su retirada posterior. El propio Rajoy manifestó que el motivo de su desestimación a intentar la investidura era el anuncio de una oferta de gobierno que Podemos hizo al PSOE.

Pero ¿esta razón es creíble? Yo creo que no. El apoyo del PSOE no lo tuvo en ningún momento (algo que el propio PSOE ha manifestado en multitud de ocasiones) y podemos suponer que el Podemos tampoco lo tenía. Así que este anuncio unilateral por parte de Podemos de una oferta de gobierno no cambiaba en absoluto los números de Rajoy. No poseía los apoyos antes de este anuncio ni los poseía después. Por tanto, yo tengo que concluir que esa decisión de retirada no tuvo nada que ver con esta oferta de gobierno.

¿A qué se debió, pues? Ahora sólo puedo especular, pero si suponemos que nada cambió realmente desde un momento (aquel en el que Rajoy estaba dispuesto) hasta el siguiente momento (aquel en el que no lo estaba), sólo cabe concluir que la decisión estaba tomada de antemano, como parte de algún tipo de estrategia que en principio estaría pensada para beneficiar al PP.

¿Qué opciones había? Básicamente 3:

1) En la ronda de entrevistas, manifestar al rey su disponibilidad para intentar formar gobierno, e intentarlo realmente posteriormente
2) Manifestar al rey su no disponibilidad, con lo cual el rey hubiera nombrado a un candidato diferente, posiblemente Pedro Sánchez (a no ser que éste manifestara también su no disponibilidad)
3) Manifestar al rey su disponibilidad para, más tarde, renunciar premeditadamente a ella. Ésta fue la elegida.

¿Porqué esta opción? Posiblemente para evitar que el rey eligiera a un candidato diferente de Rajoy como primera opción. Eso habría mandado un mensaje negativo a los intereses del PP, a saber, que el propio rey elegía como candidato a alguien diferente de ellos, algo que haría pensar que el rey no confiaba en Rajoy aún siendo éste líder de la lista más votada. Pero el PP sabía que no tenía apoyos, por lo que quería evitar el debate de investidura, debate que hubiera perdido sin duda, como lo ha perdido recientemente el PSOE.

Con esta maniobra, el mensaje que da el PP es el siguiente: 1) Soy el favorito del rey, el que ha elegido como primera opción. 2) Mi renuncia a la investidura está provocada por factores externos a mí, el típico "yo quiero pero no me dejan".

Como estrategia, es brillante, y hay que reconocerlo. Pero implica cierto engaño, posiblemente al rey (o con el rey, aunque eso ya es especular demasiado), y ciertamente a la ciudadanía, pues las razones que esgrime para su cambio de actitud no se sostienen. Es lícito que diga que no se presenta porque no tiene apoyos, por ese lado, ningún problema, pero no lo es la cantidad de engaño implícita para, en primer lugar, resultar elegido candidato.

Finalmente, dado que estas actuaciones intentan posicionar positivamente al PP en la manera de ser visto por los ciudadanos pero no le ayudan a formar un gobierno actualmente, podemos concluir también que la intención real del PP, digan lo que digan, es que hayan unas nuevas elecciones.

Pasemos ahora al PSOE. Sus opciones para llegar al gobierno son (eran?) dos. Una, el pacto PP+PSOE+C's ya nombrado anteriormente, cuya posibilidad ha negado hasta la saciedad. Dos, PSOE+Podemos+otros partidos de izquierda+abstención de independentistas. Ambas posibilidades son regalos envenenados para el PSOE, puesto que su mensaje se ha basado en dos grandes pilares: su oposición frontal al PP, y la defensa de la integridad territorial (recordemos la bandera gigante de España con la que se arropaba en campaña). Eso significa que cualquiera de esos dos pactos perjudicaría su imagen, y parece ser que su opción final es no decantarse por ninguno. Sin embargo, manifestar esto abiertamente tampoco es plato de gusto.

Por ello, su estrategia, en mi opinión, ha sido un "que parezca que lo intentamos". Repasemos sus opciones. Recordemos que tras la negativa de Rajoy, hubo una nueva serie de entrevistas y que el rey esta vez escogió a Pedro Sánchez como candidato a la investidura. Esa elección nos lleva al mismo hilo argumental que con la anterior: el rey, tras esta serie de nuevas entrevistas, concluyó que el mejor candidato era ahora Pedro Sánchez. Ello implica que Pedro Sánchez expuso su disponibilidad para ser candidato, que Rajoy esta vez sí expuso su no disponibilidad, y que no habían opciones mejores (con más apoyos). Dado que seguían sin haber pactos sobre la mesa (PSOE rechazó el acuerdo que le ofreció Podemos), podemos suponer que el rey simplemente eligió a la lista, sin apoyos, más votada, descartada la de Rajoy. También implica que el candidato dijo al rey que intentaría obtener los apoyos necesarios para la investidura.

Las 3 opciones que tenía Rajoy se le presentan también, ligeramente modificadas, a Sánchez:

1) Ofrecerse como candidato y luego intentar recabar los apoyos necesarios
2) No ofrecerse como candidato
3) Ofrecerse como candidato pero sin intentarlo de verdad.

La tercera opción está modificada, en este caso la renuncia está descartada porque en su momento criticaron la que hizo Rajoy. La segunda opción era impensable por dos motivos: primero, por lo mismo que está modificada la tercera, ya que echaron en cara a Rajoy que no lo intentara siquiera, y segundo, al no ofrecerse como candidato ni Rajoy ni Sánchez el rey hubiera tenido que elegir como candidato a ni más ni menos que a Pablo Iglesias, líder de Podemos y tercera fuerza más votada en las pasadas elecciones.

Finalmente la primera opción también está descartada por los motivos antes descritos: una alianza con el PP o con los independentistas destruiría la imagen del PSOE. Así que sólo existe la tercera opción: ofrecerse como candidato pero no llegar a ningún puerto tras escenificar un amago de esfuerzo.

Eso nos lleva al aparentemente contra natura acuerdo de Sánchez con Ciudadanos. Por el hilo argumental anterior, este pacto no es sino la única opción disponible para el PSOE, descartadas todas las demás. Por eso el pacto fue tan aparentemente sencillo y por eso el acuerdo parecía haber caído más del lado ideológico de C's que del PSOE: porque ambos sabían que no iba a prosperar la investidura. Al PSOE no le costó nada ceder en cosas que sabía que no tendría que hacer (aunque por supuesto ha tenido que vender de alguna manera) y C's no ha tenido problema en sumarse a un pacto que, aunque insalvable, manda un doble mensaje: por un lado, que son capaces de pactar cuando el resto parece no poder hacerlo, y por otro, que sus medidas y sus argumentos son tan buenos que el PSOE no tiene otra sino aceptarlos.

Dado que estas decisiones no llevan tampoco a un gobierno y sí tienen que ver con la imagen que ofrecen como partidos, sólo podemos pensar que, como en el caso del PP, estos dos partidos abogan por unas nuevas elecciones, por mucho que manifiesten lo contrario. El mismo engaño implícito que le presupongo al PP debemos aplicárselo aquí también al PSOE.

Finalmente esta Podemos y su estrategia. Su única opción de formar gobierno es mediante el pacto antes descrito, el que incluye fuerzas de izquierdas y como mínimo la abstención de los independentistas. Pero esta opción está descartada porque el PSOE la descarta, así que sus posibilidades de formar gobierno son, nuevamente, nulas. Eso, en cierta manera, simplifica su estrategia, que se limita a hacer ver que quiere acuerdos aunque sabe bien que estos no van a ser posibles. Eso hace que no tenga que hacer grandes renuncias programáticas, con lo que pueden consolidar una imagen de coherencia y de fidelidad a sus ideas (cosa que, por cierto, también está intentando hacer el PP)

Llegados a este punto, nuevamente algo chirría. Si los cuatro grandes partidos se están posicionando para unas nuevas elecciones, parece ser que alguno se debe estar equivocando, en el sentido de que unas nuevas elecciones no pueden hacer mejorar su posición a todos simultáneamente.

Parece ser, pero quizá no lo sea. Por un lado, sí que hay un fondo de votos a recabar: el de los partidos pequeños. Quizá unas nuevas elecciones polaricen el voto, posiblemente hacia los cuatro grandes en detrimento de los pequeños, puesto que los votantes no querrán que se repita la situación de bloqueo actual. Esto puede hacer que, aunque la relación de poder entre los cuatro grandes no cambie demasiado, el PSOE pueda, tras unas nuevas elecciones, no depender de la abstención independentista para conseguir la investidura.

Por otro lado, hay un partido que está en el foco de todo este embrollo y que tiene un papel primordial porque es el único que está presente en todos los pactos posibles, y cuyas decisiones por tanto están condicionando todas las demás, y ese partido es el PSOE. El partido que además se beneficiaría además de una reducción de voto en los partidos pequeños en unas previsibles futuras elecciones.

Por todo lo expuesto, y llegando ya a las conclusiones, creo que lo que estamos presenciando es una estrategia del PSOE para posicionarse con más votos en una próximas elecciones anticipadas, y que las estrategias seguidas por el resto de partidos están supeditadas a ésta. El PP no puede gobernar sin el PSOE. C's no puede gobernar sin el PSOE. Podemos no puede gobernar sin el PSOE. El PSOE tiene dos opciones para elegir pero no ha elegido ninguna de ellas, por lo que parece ser que al menos él ha elegido el camino de las nuevas elecciones, arrastrando con esta elección a los demás, que inevitablemente también están posicionándose para ellas.

Esta es mi teoría, y, si no le gusta, tengo otras.