domingo, 18 de diciembre de 2011

Crisis For Dummies - Parte 1 (Desempleo)

No os podéis imaginar la cantidad de veces que he empezado a escribir esta entrada, y, cuando llevaba un par de páginas, he visto que no se parecía en nada a lo que quería conseguir: a saber, algo corto y sencillo de entender. Si escribiera en papel y esto fuera una película, sería ese momento típico en el que ojeroso escritor sin inspiración se estira de los pelos, hace una bola con el papel que estaba escribiendo y lo tira a una papelera ya rebosante. Pero escribo con el ordenador, y no están las pantallas planas como para ir arrugándolas y tirándolas por ahí.

Afortunadamente, al final me he dado cuenta de mi error: no se puede explicar “la crisis” como un todo porque al fin y al cabo “la crisis” es un concepto compuesto y multiforme. Realmente, en este momento tenemos una serie de factores que percibimos como negativos, y, a todo es conjunto de factores, le llamamos “crisis”. Pero no se puede entender la crisis si no se entiende cada uno de los factores que la componen por separado.

Por eso, en vez de explicar la crisis “tal cual”, voy a hacer varias explicaciones, una por factor, y hoy en este post voy a empezar uno bastante gordo, que es el DESEMPLEO.

Empecemos ¿Cómo funciona el empleo?

Básicamente podemos distinguir dos ramas principales:

1) Autoempleo. Requiere que el trabajador posea los recursos (un campo, una selva, un huerto, un trozo de mar) y los medios (un tractor, una cerbatana, una azada, una red)

2) Trabajo para otros. Alguien tiene dinero, recursos y medios y quiere tu trabajo. Tú quieres dinero y estás dispuesto a trabajar para conseguirlo. Como es algo que beneficia a ambos, se firma un pacto (contrato) entre caballeros para que cada cual salga beneficiado del intercambio.

Hace apenas unos miles de años, la modalidad más extendida era la primera. La humanidad era escasa y los recursos en proporción abundantes, por lo que todo el mundo podía tener su selva, su huerto, su campo o su trozo de mar, y los medios eran sencillos y uno mismo se los podía fabricar. La propiedad existía, pero no como la entendemos ahora. El pescador podía decir que su trozo de mar era suyo, pero ¿Cómo lo había obtenido?

Pues con su trabajo. El hecho de estar ocupando ese nicho es el que le da derecho a él. A este pescador jamás se le ocurriría decir que el trozo de mar de al lado, en el que jamás faena, es suyo ¿para qué lo iba a querer, sino podía trabajarlo?

Por supuesto, este sistema tan idílico y pastoril dejó de funcionar hace mucho, cuando los seres humanos pasaron de unos pocos cientos de miles a varios miles de millones, y ya no podemos volver a él por mucho que nos pese.

Por supuesto, sigue habiendo autoempleo (mi recurso es mi local y mi medio este señor que me suministra palets de naranjas), pero ha pasado a ser minoritario, debido precisamente a que el ser humano medio no es poseedor del recurso.

Por motivos que no vamos a analizar ahora, resulta que una pequeñísima parte de la población es poseedora la mayor parte de la riqueza y de los recursos. Por supuesto, son incapaces de aprovechar estos recursos por sí mismos (imagínate a la duquesa de Alba labrando ella misma todos los campos que tiene), así que contratan mano de obra.

¿Lo hacen por bondad? No, la riqueza producida se la queda el propietario, no el trabajador. La compensación del trabajador no es aquello que produce sino un salario pactado de antemano. Los recursos y los medios después del proceso también siguen perteneciendo al actual propietario. El salario por supuesto es MENOS que el rendimiento del trabajo, o de lo contrario el propietario no tendría ningún aliciente para contratar.

El que haya ricos y pobres puede parecer injusto (y lo es), pero bueno, es una consecuencia inevitable del capitalismo. Al fin y el cabo el capitalismo solo funciona cuando existen acumulaciones de capital, y una distribución equitativa es justo lo contrario a una acumulación. No estoy diciendo que el capitalismo sea un mal sistema, comparado con otros, pero para que funcione, para que sea algo viable y aceptado por la mayoría de la población, los ricos, los que tienen en posesión los recursos productivos, sean individuos, empresa, estado o banca, tienen que poner su parte: la injusticia intrínseca del reparto en el capitalismo se tolera siempre y cuando estos propietarios generen riqueza, aparte de para sí mismos, para los demás. Cuando ese pacto no escrito se rompe, es cuando la gente sale a la calle con las hoces o con los cócteles Molotov (según la época).

¿Qué ha pasado últimamente?

Pues que esta gente no ha hecho sus deberes. No se ha invertido en generar riqueza, puesto que el mundo, en los años 80, cambió. Con las políticas de Reagan y Thatcher se impuso el neoliberalismo en la economía y se desregularizaron las finanzas (que se habían regularizado a consecuencia de la Gran Depresión). La consecuencia de esta desregularización fue que (de nuevo) daba más rendimiento especular que invertir.

Es decir, puedo ganar más dinero con mi dinero comprando tal o cual bien, derecho o bono fiducitario que invirtiéndolo en una empresa. Esta desregulación no sólo entrampó a los ricos, sino a casi todo el mundo.

Al fin y al cabo todo el mundo posee determinado capital, mucho o poco, y por supuesto todo el mundo quiere verlo aumentado. ¿Qué hacer con este capital? Evidentemente invertirlo en aquello que te de mayor interés y con mayores garantías. La desregulación provocó que el mayor interés lo dieran inversiones no productivas, es decir, especulativas.

Puedo comprar un caramelo a 5 céntimos, un palo de plástico a 2 céntimos, juntarlos y vender un chupa-chup a 10 céntimos, con un rendimiento de 2 céntimos netos por cada 8 invertidos, pues el coste de juntar caramelo con palo es un céntimo por unidad.

Pero, gracias a la burbuja inmobiliaria, una cosa mucho mejor que puedo hacer es comprar una casa que ahora vale 100.000 euros y que el año que viene venderé por 200.000, con un beneficio neto de 100.000 euros. Sin hacer nada. Para ganar 100.000 euros produciendo chupa-chups tendría que haber fabricado y vendido 5 millones de unidades, a partir una inversión de 40 millones de euros y no de 100.000 como en al caso de la casa.

Lo lógico es apostar por la inversión más rentable. El problema es que el señor que se ganaba un céntimo por cada chupa-chup que montaba, deja de ser necesario.

Especuló el rico con su dinero, especuló el pobre pidiendo dinero prestado al banco, y especuló hasta el apuntador. Ahora nos quieren hacer sentir culpables a todos de haber usado el dinero en actividades que sólo movían el dinero pero que no generaban ninguna riqueza. Pero eso es un pelín hipócrita. Si quitas las multas de tráfico luego no te quejes de que ha aumentado el número de accidentes, ni culpes únicamente a los conductores inconscientes: el señor que quitó las multas de tráfico es el responsable de esa situación. No de los accidentes individuales, pero sí de su aumento.

Primero fue la burbuja de las punto com. Luego la burbuja inmobiliaria. Ahora está de moda la especulación criminal con la deuda soberana de los países. Todos los indicadores apuntan que lo siguiente será especular con los productos alimenticios básicos. La cuestión está en que las leyes internacionales están orientadas a que en un momento dado siempre exista un mercado de especulación cuyo rendimiento sea superior al rendimiento productivo tradicional.

Los números no mienten: los ricos, tras estos años de crisis, son más ricos que antes, y los pobres son más pobres.

Por supuesto, el desempleo aumenta. No pasa nada: el recetario neoliberal tiene su “solución” para este problema. Como invertir en producción es menos rentable que especular, hay que hacer que invertir en producción sea más rentable ¿Cómo? Bajando los costes de producción y reduciendo los impuestos a quien se dedique a ello.¿Y eso como se consigue? Pues la manera más rápida y efectiva es pagar menos a la mano de obra que produce. Y eso es lo que se está haciendo: la crisis en el empleo se intenta atajar con reformas laborales que implican para el empresario un menor coste de producción.

Una vez implantadas esas “reformas”, entonces los “mercados” (es decir, los inversores) pueden volver a “confiar”, es decir, pueden volver a invertir en crear puestos de trabajo puesto que ya les sale tan rentable como desean. Si no, no “confían”, y siguen invirtiendo en otras cosas.

Por supuesto, existe otra solución, pero que curiosamente no es mencionada por ningún líder político mayoritario. Y que consiste, lógicamente, en reducir los beneficios que se pueden obtener por inversiones no productivas. Reducir y limitar por ley los beneficios de la especulación. Es necesario, es más, es vital, volver a regular los mercados financieros. De esa manera lo más rentable volvería a ser la producción, y se volverían a crear puestos de trabajo. Dicho de otra manera: hemos de volver a conseguir que los ricos sirvan de algo.

¿Por qué no se hace esto, y, de hecho, ni se plantea? Por un lado, está lo evidente: el político prefiere beneficiar a quien le puede devolver el favor, y esos no son los pobres, que sólo le pueden devolver la gratitud, pero no un puesto millonario de asesor. Por otro lado, hagamos un esfuerzo (supremo) e imaginémonos un político no corrupto que opta por la solución de penalizar la especulación (p.ej. poniendo impuestos muy altos en las transacciones especulativas). El problema con esto es que el político sólo tiene jurisdicción en su país, pero los mercados tienen todo el mundo para especular. Así que especulan en otro lado, y arreglado. Bienvenidos a la globalización.

La razón fundamental, la más básica, para el desempleo es esta que he expuesto aquí: LA MAYOR RENTABILIDAD DE LAS INVERSIONES ESPECULATIVAS FRENTE A LAS QUE GENERAN EMPLEO. Sin embargo, existen otras circunstancias que también agudizan el problema, pero como me he comprometido a abordar cada aspecto de la crisis por separado, las voy a mencionar sólo de pasada, y quizá, en un futuro cercano, las aborde con más detalle:

Factores Adicionales:

1) Pinchazo de la Burbuja Inmobiliaria: El impacto en el sector de la construcción de este pinchazo tuvo evidentemente un efecto directo sobre el desempleo, al dejar de necesitarse mano de obra para la construcción de viviendas.

2) Crisis de la Deuda Soberana: Los países se deben dinero unos a otros. El hecho de que estemos en un estado de recesión económica hace que los acreedores se pongan nerviosos porque temen que sus deudores no cumplan con los plazos de pago. Debido a ello, los países acreedores fuerzan a los países deudores a implantar políticas de “austeridad”, es decir, reducción a corto plazo del gasto público para garantizar unos ahorros que a su vez garanticen la devolución del préstamo (Grecia sigue siendo el ejemplo más extremo). La reducción de gasto público, por desgracia, tiene el efecto inmediato de generar más desempleo. La “austeridad” y la creación de empleo son tareas antagónicas.

3) Crisis de Liquidez: Los bancos también se prestan dinero unos a otros, e invierten en diferentes campos para obtener rentabilidad de su capital. En la época de bonanza que precedió a la crisis, invertir el dinero era tan rentable y seguro que los bancos llegaron a niveles de apalancamiento insostenibles. Traducido al lenguaje normal, significaba que la proporción entre capital de riesgo y capital de reserva aumentó hasta niveles extremadamente imprudentes. Por ejemplo, algunos bancos alemanes llegaron a tener, por cada 35 euros de capital propio, 1 euro real y 34 euros “virtuales”, de futuros beneficios previstos, pero que a todas luces se contabilizaban como capital “de verdad” (Véase el cuento de la lechera). El problema de estar muy apalancado es la extrema fragilidad que se tiene ante el más mínimo contratiempo. Basta con que un acreedor se retrase mínimamente en el plazo de un pago para que el banco se encuentre con que no tiene suficiente dinero “de verdad” para afrontar sus pagos inmediatos. Al deberse dinero unos bancos a otros y al estar todos tremendamente apalancados, el retraso en el cobro de uno se acaba convirtiendo en el retraso en el cobro de otro y, por efecto dominó, en el colapso de todo el sistema.

Bueno, en realidad lo que queremos ver es como afecta la crisis bancaria al empleo, pero he considerado interesante hacer una pequeña introducción al origen de este problema. Conclusión de todo esto: los bancos no tienen dinero ahora mismo para conceder créditos y/o son muy reacios a concederlos. Ello significa que la falta de liquidez se transmite a toda la sociedad, que por desgracia a llegado a depender totalmente de ellos. ¿Cómo afecta esto al empleo? P.ej. muchas empresas obtienen sus beneficios por la venta de sus productos con un desfase importante entre el momento de la inversión en la producción y el momento del cobro. Sin embargo, sus empleados deben cobrar todos los meses, los alquileres hay que pagarlos puntualmente y a los proveedores también. Los bancos muchas veces han hecho de puente adelantando el dinero que más tarde cobrará a la empresa para que esta pueda afrontar sus pagos. Sin esta ayuda, una empresa que por hasta ahora era solvente puede pasar rápidamente a una empresa en suspensión de pagos. Más ejemplos: Sin liquidez, tampoco se conceden préstamos para gente que quiere montar nuevas empresas. Sin liquidez, tampoco hay préstamos para afrontar compras de viviendas, coches y otros bienes de elevado coste, y al disminuir la venta de estos bienes, las empresas que los producen también son afectadas.

4) Reducción del Estado de Bienestar: la recesión implica para el estado menos ingresos vía impuestos. Por ello se ven obligados a elegir una de estas 3 opciones: a) Solicitar algún tipo de préstamo (deuda soberana, vendida a otros países o a los propios ciudadanos, ver punto 2) b) Aumentar los impuestos ó c) Reducir los servicios públicos, lo cual conlleva menos empleo público, opción que parece la preferida en estos momentos.

¿Cómo se puede atajar el desempleo?

Yo haría lo siguiente:

I) Penalizar la especulación y regularizar el mercado financiero

II) Anular las relaciones comerciales con los países que no tengan su mercado financiero regulado, con prohibición a los súbditos de mi país de invertir en estos países.

III) Aumentar los impuestos

IV) Aumentar el gasto público (por mucho que graznen los políticos, España invierte en esto menos que la gran mayoría de países civilizados)

Es decir, lo contrario de lo que se está haciendo. Y es que, a mi humilde entender, el desempleo NO ES UNA PRIORIDAD para nuestros políticos, aunque, por supuesto, eso no nos lo dirán nunca a la cara.

Seguiremos con estos temas en próximos capítulos.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿De verdad sabes lo que crees que sabes? Parte II

Uno de los mitos urbanos más persistentes es el que dice que “sólo” usamos el 10% del cerebro.

En cierta manera retorcida, podría considerarse cierto, pero no lo es en absoluto de la manera como se suele interpretar, o lo que parece deducirse de esta afirmación. Dicho en otras palabras, y aunque la inteligencia sí se puede entrenar y mejorar mediante práctica y ejercicios adecuados, es mentira que tengamos un 90% del cerebro sin usar, o que tengamos el potencial de aumentar por diez nuestro rendimiento mental “simplemente” accediendo a esas zonas “latentes” de nuestro cerebro.

He dicho que, en cierta manera retorcida, esta afirmación podría considerarse cierta. Veamos por qué digo esto.

El cerebro funciona de una manera parecida un microprocesador (normalmente se dice que se comporta como un ordenador, pero el símil con un microprocesador es más preciso. El microprocesador es realmente el “cerebro” del ordenador). A pesar de enormes diferencias de material y diseño, tanto el cerebro como el microprocesador tienen la función de procesar información. Y como vamos a ver a continuación, procesar información no es como tirar de un carro.

Para lograr su objetivo, ambos sistemas disgregan la información de manera que determinadas subunidades puedan procesar estos pedacitos de información resultantes. Estas subunidades son las neuronas en el cerebro y las puertas lógicas en el microprocesador. (Si lo preferís, en vez de en puertas lógicas, pensad en transistores. No es lo mismo pero quizá lo visualicéis mejor).

Las puertas lógicas de un microprocesador no funcionan nunca todas a la vez. Se activan unas u otras en función de los datos de entrada. Diferentes datos de entrada deben originar diferentes datos de salida; pero una activación simultánea de todas las puertas lógicas de un microprocesador sólo puede dar como resultado una única salida, correspondiente al único estado que se correspondería con la “activación total” (en un microprocesador, una “activación total” suele corresponderse también al estado en el que el procesador pasa a convertirse en una brasa incandescente).

De la misma manera, no todas las neuronas del cerebro se activan simultáneamente en un funcionamiento “normal”. En un momento dado, aproximadamente entre un 8% y un 15% de las neuronas del cerebro están activas (y quizá esto sea el origen del mito), pero evidentemente no son siempre las mismas. Y, también es importante esto, no hay neuronas que no se activen nunca (la que no se activan nunca, son destruidas). Es la activación diferencial, en el tiempo y en el espacio, de las diferentes neuronas, la que puede generar todo el abanico de innumerables estados mentales diferentes que podemos poseer.

Como ejemplo más gráfico, pensemos en cómo se codifica la información binaria. La secuencia “10000001” en binario codifica el número decimal 129 (o el carácter número 129 de una tabla de caracteres estándar, o cualquier otra cosa, pero la cuestión aquí es que codifica algo). Para implementar esta información en un sistema eléctrico, podríamos disponer, por ejemplo, de 8 bombillas dispuestas en fila, de las que estarían encendidas la primera y la última, estando apagadas las demás. Esta disposición de bombillas representaría el dato que hemos mencionado. Apagando y encendiendo diferentes bombillas podemos representar datos diferentes. (No es algo tan marciano: la escritura, una manera más humana de codificar información, no deja de ser una combinación de trazos que pueden estar o no estar: piensa en la pantalla LED de tu vieja calculadora o reloj digital: los números están formados por bombillitas encendidas y apagadas)

Algún avispado podría conjeturar con lo que pasaría si todas las bombillas estuvieran encendidas a la vez. En este ejemplo concreto, lo único que pasaría es que estaríamos codificando otro número o dato, (o nada) pero lo que de ninguna manera estaríamos haciendo sería incrementar la capacidad que tienen 8 bombillas con dos estados de representar un máximo de 256 configuraciones diferentes.

De hecho, si mantenemos siempre las 8 bombillas encendidas, estaremos representando siempre exactamente el mismo dato. Es la disposición de los encendidos y los apagados lo que dota a esta configuración de bombillas de significado.

Dicho de otra manera: las neuronas, las bombillas, las puertas lógicas o las direcciones de memoria RAM no son “motores” cuya “fuerza” se combine para elaborar una gran “fuerza de computación” total. Es la organización lo que dota a todo el conjunto de sintaxis. Es lo que se denomina una característica emergente (y a punto he estado de decir “sinérgica”, pero no sería correcto: la característica emergente no es que sea mayor que la suma de las partes, sino que sencillamente es diferente y no comparable). Dicho de otra manera: el cerebro piensa, la neurona no.

La analogía es burda pero es la mejor que se me ha ocurrido que no conlleva repetir como un loro los argumentos que se pueden encontrar en cualquier parte, como por ejemplo en wikipedia. Si mi argumento no os ha convencido, los de esa página lo harán.

Sí es importante recalcar que las personas más inteligentes no usan más partes del cerebro que las menos inteligentes. Al contrario, USAN MENOS. Un cerebro más inteligente no es un cerebro más “activado”, sino un cerebro más eficiente.

Podemos hacer una analogía cambiando inteligencia por fuerza. Una persona fuerte puede levantar un peso usando sólo un brazo, mientras que una persona más débil posiblemente tenga que usar los dos.

A pesar de que el mito en sí sea una tontería (¿Quién en su sano juicio creería a una persona que fuera predicando por ahí que sólo usamos el 10% de nuestro hígado?) su prevalencia da que pensar. Supongo que es porque la idea de poseer un “potencial oculto” es demasiado atractiva para el ego humano como para rechazarla mediante la razón.

Por cierto ¿Sabes qué ocurre cuando en el cerebro se activan todas las partes simultáneamente, cuando todas las neuronas disparan a la vez?

Antiguamente se lo llamaba posesión diabólica, pero hoy en día se llama ataque epiléptico.

martes, 18 de octubre de 2011

Chistecillo Gráfico

Probemos algo nuevo:


Estamos en crisis, así que mejor tener muchas puertas (laborales) abiertas. Quizá un trabajillo de humorista gráfico a media jornada podría ser un buen plan b...

(Sres. contratadores: Si hace falta dibujar a Son Gokuu lanzando Kamekames también me lo sé)

martes, 9 de agosto de 2011

Argumentación Peregrina

Aparte de tener este bonito blog que creo que no lee ni Dios, confieso que soy asiduo mirón y comentarista de otros.

Y una cosa que he comprobado es que se está perdiendo el noble arte de discutir. No el sucio arte de insultar, o el dudoso arte de marear la perdiz, sino el NOBLE, insisto, arte de discutir con lógica y con argumentos.

En otro post ya hablaré de lógica formal, de momento quiero señalar 3 "argumentos" que en diferentes variantes no dejan de repetirse en múltiples comentarios por múltiples comentaristas, y que, pese a su aspecto convincente, en realidad son bastante huecos.

Son los siguientes:

1) TENGODERECHOA

2) SENOTAQUEATINOTEHATOCAO

3) ESUNATENTAOCONTRALADIGNIDÁ

Veámoslos uno a uno:

1)"TENGODERECHOA..."

Asunto de Ejemplo: Nueva Ley que dice que médicos y pacientes no pueden anunciar alimentos

Argumento Peregrino: "No me parece bien esta medida porque elimina el derecho que tienen los médicos a hacer publicidad"

Peregrinez Explicada: No existe ningún derecho que se parezca lo más mínimamente al "derecho a hacer publicidad"

"Tener derecho" es algo que significa cosas diferentes según el contexto. No es lo mismo:

a) "No te comas todas las aceitunas, hombre, que yo también tendo derecho a probarlas" que

b) "según lo que pone el convenio, tienes derecho a 22 días de vacaciones"

En la primera frase se nombra algo que, a juicio del que lo dice, le parece justo. Pero se trata de su opinión subjetiva, a lo mejor al que se está comiendo todas las aceitunas no le parece justo lo que propone el otro porque antes este otro se comió todas las papas. Aquí "tengo derecho a" significa "a mí parece que lo justo es...", y cada cual puede tener su propia visión de qué es lo que es o sería más justo. En cambio, en la segunda frase se hace referencia algún tipo de ley o normativa en vigor, que todo el mundo (en el ámbito de la conversación, al menos) ha de respetar.

El argumento peregrino consiste en confundir (inconscientemente o no) el significado de "tener derecho" de la frase a) con el significado de la frase b)

Otros ejemplos: "Tengo derecho a saber todos los detalles de la vida privada del rey puesto que le pago de mis impuestos"

"Tengo derecho a salir de fiesta de vez en cuando"

"Tengo derecho a aparcar el coche en la calle en la que vivo"

"Tengo derecho a trabajar de lo que he estudiado" etc...


2)"SENOTAQUEATINOTEHATOCAO.."

Asunto: Prejuicios de todo tipo (moros, gitanos, negros, homosexuales, etc.)

Argumento peregrino: "Sí, si, yo también creía en la igualdad y todo eso, hasta que tuve como vecinos a unos rumanos, uy si yo te contara..."

Peregrinez Explicada: 1) Las anécdotas puntuales no sirven para probar nada 2) La experiencia propia no es más válida que la experiencia de los demás o que los datos objetivos 3) Las personas son muy selectivas con las anécdotas que cuentan: normalmente sólo cuentan aquellas que les sirven para confirmar aquello que están defendiendo.

Pongamos que me atraca un tipo de raza blanca, joven, rubio, de 1'70, en vaqueros y zapatillas. A la luz de este suceso, y observando las características del atracador, de las siguientes conclusiones ¿cuáles son válidas y cuales no?

a) Todos los blancos son unos ladrones

b) Todos los jóvenes son unos ladrones

c) Todos los rubios son unos ladrones

d) Todos los ni muy altos ni muy bajos son unos ladrones

e) Todos los que visten con vaqueros y zapatillas son unos ladrones

f) Todos los hombres son unos ladrones

g) Todos los mamíferos son unos ladrones

h) Todos los seres vivos son unos ladrones....

Y es que no se puede generalizar a partir de pocas experiencias (por no hablar de una sola) A pesar de la debilidad lógica de argumentar con anécdotas, estos argumentos suelen tomarse con muchísima seriedad. En parte esto es por la manera en que funciona nuestro cerebro, que parece diseñado para tener prejuicios: pongamos que un señor con algún detalle inusual, por ejemplo un parche en un ojo, te ocasiona algún tipo de mal. Sin duda cuando veas a otro señor distinto que también tenga un parche en el ojo, te asustarás o al menos recordarás la mala experiencia. Sin embargo, la persona que te agredió, aparte de un parche en el ojo, tenía infinidad de otras características, p.ej., era moreno, llevaba zapatos marrones, etc. Es poco probable que te asustes al ver a otra persona con zapatos marrones, porque llevar zapatos marrones es "normal" mientras que tener un parche en el ojo "no es normal", y nuestro cerebro nos dice que la diferencia en los resultados (este señor nos agredió, pero la mayoría no nos agrede) tiene que estar relacionada con algún tipo de detalle inusual. Esta asociación se hace a nivel inconsciente, no razonado, y es muy difícil deshacerse de ella.

Otro detalle que hay que tener en cuenta es que, la mayoría de las veces, el que usa el argumento de la anécdota no hace ningún esfuerzo para demostrar que la anécdota sucedió realmente, o que sucedió tal y como la describe. Te lo has de creer y punto, no suele haber manera de contrastar la experiencia. Es muy fácil, sobre todo en el semianonimato de internet, defender por ejemplo la idea de la existencia de móviles perpetuos diciendo que un primo tuyo conoce a alguien que inventó uno.

Las anécdotas en cambio sí que sirven para REBATIR afirmaciones generalizadoras. Por ejemplo, si alguien afirma que todos los cisnes son blancos, basta con que yo tenga constancia de una sola ocasión en la que haya visto un cisne negro para rebatir esa afirmación. Pero al revés no funciona: no basta el que yo haya visto en una sola ocasión (o dos, o tres...) un cisne negro para que pueda concluir que todos los cisnes son negros. Para sacar conclusiones generales, hay que recurrir a la estadística, las anécdotas no sirven.


3) "ESTOESUNATENTADOCONTRALADIGNIDÁ"

Asunto: Argumentos variados que tiene por efecto prohibir en los demás cosas que nosotros nunca haríamos. O dicho de otra manera, se intentan convertir gustos en leyes, normalmente en forma de prohibición.

Argumento Peregrino: "Yo me suicidaría antes que prostituirme, por lo tanto, todas las chicas que se prostituyen lo hacen obligadas. Por eso hay que prohibir la prostitución"

Peregrinez Explicada: El que a alguien en particular no le guste, o no soporte, o no entienda, algo, no significa que al resto del mundo no le guste, no lo soporte o no lo entienda. El límite de la libertad propia es la libertad de los demás, no la aprobación de los demás, incluso estando en minoría. En democracia también se pueden cometer abusos, y los derechos individuales son la única defensa que tiene el individuo ante los abusos de la democracia (p.ej. "se aprueba por mayoría aplastante de 4 contra 1 (80% a favor, 20% en contra, 0% abstenciones), que el grupo mayoritario (4 miembros) golpee, mate, robe y se coma al grupo minoritario (un miembro). Otro gran triunfo de la democracia."

Usando este argumento peregrino, se han intentado prohibir, a lo largo de historia, todo tipo de cosas:

a)"Soy un hombre, y pensar en acostarme con otro hombre me da asco. Dos hombres juntos es una cosa asquerosa. Hay que prohibir la homosexualidad."

b)"La música heavy me da dolor de cabeza. No debería permitirse una música que da dolor de cabeza. Hay que prohibir la música heavy."

c)"Fumar es malo para la salud. Todo el mundo quiere tener buena salud. Ergo hay que prohibir la venta y consumo de tabaco"

d)"No entiendo como esa chica puede llevar ese burka encima con el calor que hace. El burka no debería estar permitido"

El argumento suele seguir este esquema:

I) X no me gusta

II) Seguro que a los demás (o a la mayoría) tampoco les gusta X, ya que yo no concibo que pueda haber alguien a quien le guste X

III) Como todos (o la mayoría) estamos de acuerdo en que no nos gusta X, hay que prohibir X

El razonamiento es erróneo, tanto cuando se pasa de I a II, como cuando se pasa de II a III.

También se puede encontrar la siguiente variación:

I) X no me gusta

II) Yo soy bueno/normal

III) A las personas buenas/normales como yo tampoco les puede gustar X

IV) Lo que a las personas buenas/normales no nos gusta, ha de ser prohibido

Seguramente las personas a las que les guste hacerse trenzas con los pelos del sobaco son minoría. Seguramente la mayoría no pueda llegar a entender este comportamiento de ninguna manera ¿Significa eso que hay que prohibir hacerse trenzas con los pelos del sobaco? Pues no. Hay que prohibir sólo lo que genere daño a la sociedad, no lo que no le guste a la mayoría. ¿prohibimos el helado de fabada, basándonos en que el 99% de la personas lo considera repugnante?



Nota Final:
También quiero recordar que el que un argumento sea peregrino no significa que lo que se afirme sea falso, sino que el argumento esgrimido no demuestra nada, y que si se quiere convencer a alguien, hay que usar argumentos de verdad.

lunes, 11 de julio de 2011

Desde aquí quiero denunciar...

Desde aquí quiero denunciar lo que considero un gravísimo atentado contra los derechos humanos y la dignidad de la mujer.

Mujeres de todo el mundo están siendo sometidas a un lavado de cerebro a manos de una religión extremista con una larga historia de misoginia, misoginia que, lejos de pertener al lejano pasado, forma parte de su credo actual. Esta gente parece que no querer aceptar que vivimos en un país europeo. moderno y laico y que no se puede apelar a la libertad religiosa para imponer algo que sólo se puede considerar como un ataque a los derechos del género femenino.

Esta religión, que ya desde sus mismos textos sagrados degrada a la mujer, la relega a un paper secundario en la sociedad, en el trabajo y en la familia.

Según este intolerante y regresivo conjunto de creencias, la mujer no puede aspirar más que a casarse, tener hijos y estar totalmente sometida al varón.

Sin embargo, en los entornos más extremistas y radicales, el lavado de cerebro, iniciado desde la niñez (cuando se es más vulnerable) es tal que las mujeres acaban aceptando totalmente esta situación y hasta se consideran a sí mismas merecedoras de la exclusión que reciben.

Un ejemplo especialmente sangrante, en el límite extremo de la escala de la intolerancia, es el uso por determinadas mujeres de una vestimenta y un modo de vida que parece destinado únicamente a ocultar su presencia del mundo. Estas mujeres dicen elegir esa ropa y ese modo de vida por voluntad propia, pero cualquier persona inteligente puede ver que esta elección nunca ha sido real, y que el ambiente y la educación alienante y basada en la autoculpa es la responsable.

Este extremismo denigrante y machista obliga a la mujer a desaparecer simbólicamente del mundo, mediante el uso de vestimentas que ocultan a los ojos del mundo cualquier muestra de femineidad, y mediante la adopción de un modo de vida reclusivo y asocial, en la que frecuentemente la
mujer oculta sólo se le permite entablar conversaciones, entre murmullos, con mujeres en su misma situación, y, por supuesto y con temeroso respeto, con su dueño y señor. Pero para el resto de la sociedad, esta mujer efectivamente ha desaparecido.

Esta negación de su identidad de mujer conlleva en última instancia a su negación como individuo y a la renuncia (que nos quieren vender como voluntaria) a todos sus derechos sociales. Es en la práctica un asesinato social.

Por todo lo expuesto aquí, considero necesario que desaparezca
esta reliquia de tiempos bárbaros impropia del siglo XXI en el que vivimos. Por todo ello, abogo por la desaparición de las monjas de clausura.

¡Toma twisted end, Shyamalan!

Si alguien no ve la IRONÍA, por favor que lo diga y se la explico.

sábado, 9 de julio de 2011

¿De verdad sabes lo que crees que sabes? Parte I

Os presento a continuación el primer artículo de una serie dedicada a promover el pensamiento crítico.

El conocimiento humano se adquiere a través de multitud de formas. Tenemos la ciencia oficial, la fe religiosa, la experiencia propia, el sentido común, la reflexión interna, los consejos de las autoridades, las afirmaciones de nuestras amistades, la cultura, la tradición, etcétera. Lo que sabemos o creemos saber viene de estas fuentes.

Pero no todas las fuentes son equivalentes, ni el grado de certeza que nos dan es el mismo. También es importante saber que ninguna fuente es 100% fiable. La única manera de comprobar la fiabilidad, hasta cierto punto, de una información es comparar diversas fuentes entre sí (comparar la información que nos la experiencia con la reflexión, la que nos da la fe con la ciencia, etc.).

En realidad, haciendo esto, lo que estamos comprobando es la coherencia de la información. Sólo si creemos que vivimos en un mundo coherente, entonces esta coherencia va unida a la fiabilidad de la información comparada. Si creemos que es posible simultáneamente que el mundo se creara hace 6.000 años (fe) y hace 4.540.000.000 años (ciencia) entonces no creemos en la coherencia del mundo y no podemos testar la fiabilidad de ninguna afirmación (y nuestras creencias pueden ser tan arbitrarias y subjetivas como queramos)

Desde aquí voy a dar por supuesto que el lector cree en la coherencia del mundo, porque de lo contrario poco importa lo que pueda argumentar a continuación, para el tema que abordaré o para cualquier otro.


Ejemplo número 1 - La fiabilidad de las huellas digitales

Los conocimientos más peligrosos son los conocimientos que nunca son puestos a prueba.

Si hiciéramos una encuesta preguntando a la gente si cree que el reconocimiento de huellas digitales a la hora de identificar actores causales en un proceso judicial es fiable, posiblemente obtendríamos una respuesta positiva superior al 99%. La pregunta es ¿cómo estamos tan seguros?

Si esta pregunta la incluimos en la propia encuesta, encontraríamos varias respuestas típicas:

1) Todo el mundo lo sabe (argumento ad populum)

2) Es una técnica útil que permite identificar delincuentes que de otra manera serían declarados inocentes (argumento utilitarista)

3) Las autoridades competentes creen que este sistema es fiable (argumento ad verecundiam o argumento de autoridad)

4) Está probado científicamente que no existen dos personas en la tierra que tengan el mismo conjunto de huellas dactilares (argumento inductivo)

El primer argumento es el más fácil de desmontar. La verdad de una afirmación no depende del número de personas que creen en ella.

http://en.wikipedia.org/wiki/Appeal_to_the_majority

El segundo argumento es un ejemplo de argumento dirigido a las consecuencias (ad consequentiam). El razonamiento falaz es el siguiente:

Premisa: Si la técnica de reconocimiento de huellas digitales es fiable, entonces los delincuentes lo tendrán más difícil para eludir las responsabilidades de sus actos.

Premisa: Es deseable que los delincuentes carguen con las responsabilidades de sus actos.

Falsa conclusión: La técnica de reconocimiento de huellas digitales es fiable

http://en.wikipedia.org/wiki/Appeal_to_consequences

El tercer argumento también es fácil de refutar. El que una autoridad (incluso aunque la autoridad tenga los méritos necesarios para que se la reconozca como tal) opine algo, no hace que ese algo sea cierto. Todas las personas (incluso los expertos) se pueden equivocar.

http://en.wikipedia.org/wiki/Argument_from_authority

Estos tres primeros argumentos son casos específicos de Falacias de Irrelevancia, debido a que la premisa no lleva necesariamente a la conclusión (la mayoría puede estar equivocada, el experto puede estar equivocado, una creencia puede ser útil o deseable pero ser falsa)

No es que se trate de argumentos sin valor. Lo tienen, sólo que no son suficientemente convincentes por sí mismos. Contrastados con, por ejemplo, un experimento científico, podrían confirmar que lo que se afirma es cierto. Sólo que si lo es, no es debido a estos tres argumentos, que de por sí nada pueden hacer para decidir si algo es verdadero o falso.

Veamos el argumento más sólido, el cuarto. ¿Es cierto que no hay dos personas en el mundo que compartan las mismas huellas?

Por lo que sabemos, ASÍ ES. Ni siquiera dos gemelos idénticos poseen el mismo patrón de huellas dactilares. No se han encontrado aún dos personas en el mundo que posean las mismas huellas.

Por supuesto, este es un razonamiento INDUCTIVO. Pensamos que la afirmación es cierta porque basta un solo contraejemplo para rebatirla (encontrar 2 personas con las mismas huellas) pero, tras examinar millones de patrones a lo largo de muchos años, no se ha encontrado ese contraejemplo.

Como con todos los razonamientos inductivos, nunca podremos estar seguros al 100% de su veracidad. Pero en este caso que nos ocupa, no podemos pedir un 100% de veracidad. Estamos examinando la fiabilidad de la técnica, y para la fiabilidad no es necesario que sea un 100% fiable, sino sólo lo suficientemente fiable. Nunca podremos estar al 100% seguros de que jamás ocurrirá una coincidencia entre 2 huellas de diferentes personas, pasadas, presentes y futuras, pero podemos estar razonablemente seguros de que, si es que esto llega a pasar alguna vez, no va a ser algo frecuente.

Entonces, ¿hemos demostrado que el análisis dactilográfico es fiable y que por tanto debemos usarlo para enjuiciar presuntos culpables?

Pues no, aún no hemos llegado a ese punto. No basta con demostrar que no existen 2 huellas idénticas, hay que demostrar si los seres humanos encargados de determinar si una huella encontrada en un medio corresponde a determinado sujeto, son capaces de determinar esa correspondencia de una manera fiable.

Resulta que no sólo no hay 2 patrones dactilares idénticos: También sucede que no hay dos caras humanas exactamente iguales, no hay dos pies exactamente iguales, no hay dos marcas de sudor exactamente iguales, no existen dos mosquitos exactamente iguales, y no existen dos piedras exactamente iguales.

No se trata de probar la unicidad de este rasgo: se trata de probar que los expertos son capaces de DISTINGUIR entre estas unicidades.

Acabo de exponer que no existen dos piedras exactamente iguales en el universo. Sin embargo ¿puede un ser humano ser capaz de confundirse entre dos piedras suficientemente parecidas? Yo creo que sí. El ser humano no es infalible, y frecuentemente somos víctimas de la confusión. Podemos confundir de lejos a Paco con Pepe, a un diamante de imitación de uno auténtico, y mi cubata con tu cubata.

De acuerdo: todos las huellas dactilares son únicas. Ahora bien ¿con qué frecuencia los expertos que examinan estas huellas pueden determinar la identidad de las mismas?

¿Cómo podemos saber eso? En realidad es bastante sencillo. Hagamos un experimento científico: propongamos a un grupo de expertos que intenten identificar un conjunto de huellas de las que el experimentador sabe a quien corresponden, y determinemos el porcentaje de aciertos de los expertos.

¿Esto se ha hecho? Sí. ¿Y los resultados? Han sido, en general, bastante decepcionantes.

Veamos uno de esos experimentos: Se entregan a 156 expertos 4 fichas que contienen las huellas dactilares (de los 10 dedos) de 4 “sospechosos”. Estas fichas contienen las huellas tal como se aceptan como identificación normalmente: mediante el entintado del dedo y la impresión de la huella en un papel especial (como en el dni o las fichas policiales). También se entrega a los expertos una muestra de 7 huellas “latentes”, es decir, huellas como las que se recogen en los escenarios de los crímenes mediante las técnicas forenses actuales. Los experimentadores saben a quien corresponden tanto las huellas oficiales como las latentes. Los expertos no. La tarea de los expertos es determinar para cada una de las 7 huellas latentes a qué sospechoso pertenecen, de los 4 posibles que hay. Hay que hacer notar que los expertos saben de antemano que la huella latente pertenece a uno de los 4 posibles sospechosos, lo cual indica que tienen un 25% de probabilidades de acertar por puro azar, y que no se puede dar el caso de que la huella NO pertenezca a uno de esos 4.

El 44% (68) de los 156 expertos acertaron con las 7 huellas latentes. El resto (88) de expertos o bien se equivocaron alguna identificación o no pudieron determinar a quien pertenecían. Se produjeron en total 48 identificaciones falsas. (Zabell, Sandy. "Fingerprint Evidence". Journal of Law and Policy.)

El problema que hay es la percepción del error de esta técnica que tiene la población en general, entre los que hay que incluir policías, jueces y abogados. Casi siempre se admite, de manera acrítica, que no hay ninguna posibilidad de error o que esta posibilidad es muy reducida. Cuando en un juicio sube al estrado un experto diciendo que una huella parcial encontrada en el escenario de un crimen corresponde, bajo su opinión profesional, con las huellas del acusado, el juicio prácticamente ha concluido. Se considera que se ha presentado una prueba irrefutable.

Sin embargo, hay numerosos casos de “falsos positivos” en la historia de la identificación mediante huellas dactilares. Veamos algunos:

El FBI detuvo en 2004 a Brandon Mayfield, un abogado de Oregón (USA), relacionándolo con los atentados en el tren de Madrid de ese año. Sí, me estoy refiriendo a los atentados del 11 de marzo a cuatro trenes de cercanías de Madrid. El motivo fue que sus huellas fueron identificadas, según el FBI de manera “absolutamente incontrovertible” y “100% positiva”. Sin embargo, tras dos semanas de custodia policial, el abogado fue liberado. La Policía Nacional Española había identificado a otra persona diferente a la cual podían pertenecer esas huellas. ("U.S. Will Pay $2 Million to Lawyer Wrongly Jailed - New York Times" (article), by Eric Lichtbau, New York Times, 2006-11-30, webpage: NYT-061130-settle: on Brandon Mayfield mistaken arrest)

Otros casos:

René Ramón Sánchez en 2000 (New York Times; May 31, 2004; Can Prints Lie? Yes, Man Finds To His Dismay. In front of the immigration judge, the tall, muscular man began to weep. No, he had patiently tried to explain, he was not Leo Rosario, a drug dealer and a prime candidate for deportation. He was telling the truth. He was René Ramón Sánchez, an auto-body worker and merengue singer ...)

Shirley McKie en 1997 ("The Fingerprint Inquiry Scotland")

Stephan Cowans también en 1997 (Abel, David (2007-10-26). "Man wrongly convicted in Boston police shooting found dead". The Boston Globe.)

Este último pasó 6 años en la cárcel hasta que una prueba de ADN lo exculpó. Murió 4 años más tarde.

A pesar de todas estas evidencias, la fe en la fiabilidad dactilográfica sigue inconmovible. Cuando se pregunta a un experto sí cree que esta técnica (SU técnica) es fiable, su respuesta sigue siendo que “La ciencia ha demostrado que no existen dos personas en el mundo que posean las mismas huellas dactilares”. Lo cual es cierto, pero NO CONTESTA A LA PREGUNTA.

La cuestión no es si todas las huellas dactilares son diferentes, sino hasta qué punto es fiable la técnica que relaciona una huella encontrada en un escenario del crimen con una serie de huellas almacenadas en una base de datos.

La técnica dactilográfica de identificación es SUBJETIVA. El experto mira las muestras y determina si, EN SU OPINIÓN, existe una correspondencia. Un experto puede llegar a una conclusión diferente de a la que llega otro experto. Sin embargo, nunca se cuestiona el grado de error de ese experto en particular, ni se suelen hacer análisis posteriores por otros expertos que ratifiquen o desmientan su conclusión.

Las pruebas subjetivas están sujetas a los fallos y prejuicios inherentes a cualquier ser humano. En el caso de Brandon Mayfield, da la casualidad de que, pese a ser nacido en Norteamérica, era un musulmán converso casado con una egipcia. Sin duda eso contribuyó en alguna medida al 100% de convencimiento que adujo el FBI en su identificación.

En la práctica, el experto posee una o varias huellas halladas en un escenario, y la policía le presenta un reducido número de sospechosos (a veces, uno sólo) con cuyas huellas ha de comparar su muestra. La buena voluntad del experto y su deseo de que se encarcele al culpable puede minar su objetividad y provocar que se autoconvenza de que la muestra MÁS PARECIDA supone una correspondencia irrefutable. Si además el experto está expuesto a cualquier tipo de información relativa a los sospechosos, sus prejuicios inconscientes pueden determinar su juicio y mermar aún más su objetividad.

No estoy diciendo que esta técnica no sirva para nada. Si tenemos un cuchillo con el que se ha cometido un crimen, y sacamos huellas de él, esa información es importante. Si tenemos dos sospechosos y las huellas de uno son mucho más parecidas a las del cuchillo que las del otro, entonces haremos bien en investigar sobre todo al primero. Pero hay que ir con mucho cuidado y no hacer el salto lógico de decir que, dado que uno de los dos sospechosos tiene unas huellas más parecidas a la muestra que el otro, entonces lo hemos IDENTIFICADO sin posibilidad alguna de error.

Nota final: Este análisis no pretende poner en entredicho la técnica forense, sino promover la reflexión y el debate sobre la misma, dentro del marco general de promoción del pensamiento crítico y el escepticismo sano. Mi objetivo es tomar creencias “altamente aceptadas” y ponerlas a prueba, haciendo de abogado del diablo cuando sea necesario.

Quien quiera un análisis en mayor profundidad sobre el tema, le remito a la siguiente dirección (en inglés, of course): https://webfiles.uci.edu/scole/lapo_219.pdf

lunes, 4 de julio de 2011

Merma de credibilidad

Qué fácil es tomar partido y convertir un suceso concreto en parte de la gran cruzada personal de cada uno.

Qué difícil es en cambio reconocer que no tenemos ni idea de lo que sucedió, y que nuestra opinión, sea una o sea otra, ni está fundamentada ni es relevante, pero la hacemos igualmente. Para una mente lógica como la mía asombra la fe (no se puede llamar de otra manera) con la que muchos ponentes defienden la postura/apuesta que han elegido arbitrariamente (ver los comentarios de los internautas a esta noticia)

No sé en qué dedican su tiempo sociólogos y psicólogos, pero creo que deberían investigar un poco más los motivos por los que los seres humanos estamos mucho más preocupados en dar la impresión de poseer conocimientos que no que no tenemos, y de tener razón (o parecerlo), que de hallar la verdad.

Eso no significa que no se puedan hacer comentarios. Pero pre-juzgar a un acusado sin conocimiento completo de las pruebas y los testimonios, simplemente por la impresión subjetiva que nos dan él (y/o su acusadora), es, como su nombre indica, un pre-juicio.

Lo que se desconoce es difícil de analizar, pero sí que podemos analizar en cambio lo que aparece en la noticia. Muchas afirmaciones son ALTAMENTE cuestionables:

"La grave merma de credibilidad de la presunta víctima...."
Es la primera frase y no tiene nada de inocente. La "merma de credibilidad" se presenta ya desde las primeras palabras como un HECHO OBJETIVO, no como una posible consecuencia de los nuevos datos.

"mintió para mejorar su situación en EEUU"
Este argumento es irrelevante. Se puede mentir en una ocasión y decir la verdad en otra. El mundo no se distingue entre "mentirosos" y "sinceros". Todos mentimos y decimos la verdad en ocasiones. Puede que algunos individuos mientan más que otros, pero que yo sepa no existen clases "puras": ni existe el ángel que sólo puede decir la verdad ni el demonio que está obligado a mentir. No se puede desestimar una acusación en la base de que "hay una alta probabilidad de que el testimonio sea mentira". ¿Cómo se calcula esa probabilidad? ¿Contabilizando el número total de frases que ha pronunciado en toda su vida y determinando cuantas eran verdaderas y cuantas falsas? Y aún que se pudiera en teoría obtener dicha probabilidad... ¿habría que basar una condena o un exculpamiento en una simple probabilidad?

"una chica de mundo conectada con traficantes de drogas"
Este argumento, no sólo es irrelevante sino tendencioso. "Chica de mundo" es un término ambiguo, usado aquí para que el lector interprete lo que quiera, sin que se pueda acusar al periodista de hacer acusaciones concretas. No hay ninguna duda que aquí esta expresión se usa para hacer creer (sin decirlo abiertamente) que la chica se prostituía. "Conectada con traficantes de drogas". Resulta que la conexión es que tiene un amigo en la cárcel por venta de marihuana, pero la frase empleada es la misma que se usaría si fuera la esposa de un narco colombiano. Y no hace falta decir que el tener un amigo en la cárcel, nada dice sobre la persona en cuestión.

"No te preocupes, este tipo tiene mucho dinero. Sé lo que estoy haciendo"
Lo primero, esta frase no dice nada de por sí. Lo segundo, esta frase es una traducción del guineano. Lo tercero, cambiad la primera coma por un punto y volved a leer la frase. Recordad que cuando uno habla, hace pausas, pero no dice si la pausa corresponde a un punto, a una coma, o a cualquier otra cosa. Quién sabe, a lo mejor en guineano es diferente. Reconozco que no sé guineano, pero a lo mejor esta otra traducción también sería posible: "Sí, ya sé que ese tipo tiene mucho dinero. No te preocupes, sé lo que estoy haciendo".

"En ella se revela a una persona dispuesta a sacar rendimiento del ataque"
No es un hecho, es una opinión (del periodista, parece ser)

"No parece el comportamiento de una mujer asustada y desorientada"
De nuevo, otra opinión del periodista, por lo visto sabe muy bien cómo debe comportarse y sentirse una mujer violada.

"Confirma, como las mentiras detectadas por la fiscalía, una personalidad atrevida y dispuesta a todo"
De nuevo, otra opinión del periodista. Además parece implicar que a las personas "atrevidas y dispuestas a todo" es imposible violarlas.

Como he dicho antes, no pretendo opinar sobre la culpabilidad o inocencia de nadie, pero sí que estoy opinando sobre la manifiesta (al menos para mí) parcialidad de este artículo. Parcialidad que también se puede comprobar cuando vemos que las mentiras que dijo el acusado (dijo estaba con su hija cuando ocurrieron los hechos) no parecen haber "mermado su credibilidad" en lo más mínimo.

Dejemos que las pruebas hablen. Lo contrario es presionar a un jurado para que tome la decisión que a nosotros nos gustaría.

lunes, 20 de junio de 2011

Secuestros y Rescates

Os voy a contar un cuento:

Hace poco, poco tiempo, en un país no tan lejano, la bella Helena estaba presa en las garras del dragón. Como no podía ser de otra manera, un alto y rubio caballero, a lomos de su magnífico corcel azul y acompañado de un bajito escudero, arribaron a su tierra para arreglar la situación.

¿La arreglaron? Aún no se conoce el desenlace, pues para combatir al dragón, otro dragón mayor presentaron, y la doncella sigue dubitativa en aceptar la solución (y el inevitable enlace, que el caballero teutón, le exige, en pago por tal lance, de por vida).

Confirmado queda que la poesía no es lo mío. Sigamos en prosa pues:

Como en cualquier otro cuento, los detalles se omiten para estimular la imaginación del lector o quizá para no desviar la atención sobre la moraleja presentada: en este caso, que si te rapta un dragón y te encierra en la más alta torre, simplemente espera a que te rescaten y paga con tu cuerpo, tu voluntad y tu vida (y la de tus hijos) a tu rescatador.

Pero para entender realmente este cuento, sí que serían necesarios algunos detalles. Como por ejemplo, que los dragones mencionados son, ambos, hijos del caballero y del escudero.

Ahora dejémonos de cuentos.

Europa está dispuesta a “rescatar” a Grecia. Sí, otra vez. Se oyen voces a favor y en contra del “rescate”. Pero no se habla apenas de qué significa exactamente “rescatar” a un país.

Resulta que Grecia, como todos sabemos, está endeudada hasta los ojos. Nada nuevo, muchísimos países lo están, y uno de los que más, sino el que más, Estados Unidos. Estar endeudado no es ningún problema (y eso lo sabemos todos los que tenemos hipoteca) siempre y cuando tengamos dinero para ir pagando las letras.

El problema viene, claro, cuando no se tiene dinero para ir pagando las letras. Cuando el deudor es un individuo, es embargado y saqueado. Cuando es un país, la cosa no es tan sencilla. Se podría enviar al ejército para efectuar un saqueo del país, desde luego, pero las guerras son caras y al acreedor, si algo le preocupa, es precisamente la rentabilidad. Coger el dinero por la fuerza tendría el efecto adverso adicional de que muchos se pensarían dos veces el pedir prestado, lo cual tampoco interesa.

Por otro lado, los acreedores son bancos casi siempre, y si los bancos (en vez de los países) mandaran ejércitos al saqueo, se haría demasiado evidente quien manda aquí.

Por eso el acreedor tiene un plan b, consistente en ofrecer un NUEVO PRÉSTAMO, que servirá al deudor para hacer frente a los pagos más inmediatos, pero que también tendrá que acabar devolviendo, por supuesto.

Pero este préstamo no se da sin condiciones. El acreedor sólo lo va a conceder si el deudor le da ciertas garantías de que conseguirá el dinero para devolverlo, garantías que el propio acreedor le impone. Y estas condiciones ya las conocemos: privatización, disminución de las prestaciones sociales, venta de patrimonio, precarización del trabajo, etcétera. Lo que haga falta para que el deudor reúna el dinero suficiente. No importa quien caiga. Si el deudor no acepta estas condiciones, no hay préstamo.

La pregunta parece que es ¿debería el deudor aceptar estas condiciones?

Pero antes de valorar si estas condiciones son abusivas o no, examinemos la premisa mayor: ¿para alguien que está empeñado, la solución a sus problemas es aumentar su nivel de deuda?

La lógica dice que no. Pero esa es la lógica del país, no de sus dirigentes. Un dirigente de un país en bancarrota sabe que sus días están contados, pero que aún pueden sacar un buen pellizco (y un futuro puesto de trabajo escandalosamente bien pagado como asesor) como premio por hacer aquello que conviene al que tiene el dinero.

Porque esa es la triste realidad: Un político es una persona que no intenta mejorar tu vida, sino la suya. Ningún otro tipo de político es permitido por el sistema de partidos, pagados por los mismos caballeros antes mencionados.

Up to you.


http://www.lavanguardia.com/economia/20110620/54173066923/la-ue-y-el-fmi-dicen-basta-a-grecia.html

Democracia de Veras (II)

Este artículo es la continuación de http://elabismodelcalamar.blogspot.com/2011/06/democracia-de-veras.html

Empecemos por examinar la situación actual, para ver qué problemas hay y cómo se pueden solucionar.

Lo primero que vemos es que la participación democrática del pueblo en el gobierno es escasa... tirando a nula. Se elige (democráticamente) a un partido, que gobernará sin apenas restricciones durante un plazo de 4 años. La única retroalimentación que hace el pueblo sobre esta gestión es la elección de seguir confiando en este partido o elegir a otro cuando pase el plazo. Eso no es mucha participación que digamos.

Es una cuestión de número de elecciones, y ahora no me refiero al proceso de votación, sino a las posibilidades de elección con las que cuenta el pueblo. El problema del sistema actual es que las posibilidades de elección del pueblo son pocas y muy espaciadas en el tiempo, y que la delegación del poder en los representantes es prácticamente completa e irrevocable. Sin embargo, atendiendo a la definición estricta de Democracia como “gobierno del pueblo”, las posibilidades de elección deberían ser todas: el pueblo debería ser capaz de tomar determinaciones sobre cualquier aspecto del gobierno: subir o bajar los impuestos, invertir más en esto o en aquello, modificar la legislación, etc.

Las manifestaciones, recogidas de firmas y referéndums se suelen considerar “armas democráticas” del pueblo para influir en las decisiones de los gobernantes. Yo en cambio creo que la efectividad de estas herramientas es prácticamente nula.

En el caso de las manifestaciones y recogidas de firmas, el primer problema es que no son vinculantes. Ninguna ley obliga al gobierno a adoptar las medidas que se propongan por estos medios. El segundo, y casi más grave, es que no tienen nada que ver con la democracia. Una concentración (humana o de firmas) no es más que la expresión de la voluntad de un grupo, no del pueblo en sí. Las ideas defendidas por este grupo no necesariamente son representativas de la voluntad popular.

Respecto a los referéndums: El problema básico es que no es el propio pueblo el que elige qué cosas hay que llevar a referéndum y qué otras no. Ni cuándo se vota, ni las posibles alternativas a contemplar. Todo eso es determinado por el gobierno en el poder (algunos aspectos, por supuesto, limitados o modulados por la legislación en vigor). El efecto práctico se claramente visible: El gobierno no hace casi nunca referéndums, y cuando los hace, o bien son referéndums “consultivos” (es decir, no vinculantes, con lo cual en realidad no tenemos un referéndum sino una encuesta), o bien los hace sobre temas en los que conoce de antemano que la voluntad popular coincide con la suya.

En la práctica, la democracia se encuentra reducida a la mínima expresión: sólo existe una herramienta vinculante, que son las elecciones, y en estas elecciones no se decide nada excepto el partido que elegirá la constitución del gobierno.

Más:

1) Los partidos políticos. No votamos acciones de gobierno sino a gobernantes. Estos gobernantes, pese a que antes de las elecciones suelen ofrecer un vago programa con las intenciones genéricas que tienen respecto a las acciones de gobierno que dicen querer seguir, nada les obliga a cumplir dicho programa. La única manera de penalizar la falta de adecuación de lo hecho con lo prometido, es renunciar por entero a todo el equipo de gobierno y sustituirlo por otro, de entre un reducido número de posibilidades, pero teniendo en cuenta que este otro gobierno tampoco tiene obligación alguna de seguir la acción de gobierno deseada. Por otro lado, esta política del todo o nada, imposibilita el ajuste fino: podemos estar satisfechos con la gestión del gobierno en unos asuntos, mientras que en otros no, pero nada ponemos hacer para cambiar los que no nos gustan y conservar los que sí. O nos quedamos el lote completo, o lo cambiamos por entero.

2) Los partidos políticos (2). Formar estos organismos no está al alcance de cualquiera, básicamente por el problema de la financiación. Sin una importante inversión de capital, el partido no puede formarse. Una vez formado sigue necesitando más capital para poder sobrevivir en un sistema electoral basado en la publicidad. El efecto que tiene esto es que la gran mayoría de ciudadanos no tiene ninguna posibilidad de formar un partido político en el que defender sus propias ideas. Su única alternativa es unirse a uno ya preexistente (con sus ideas preexistentes). Por otro lado, el sistema tiende a evolucionar a un bipartidismo más o menos manifiesto, debido a la necesidad de los partidos “pequeños” a unirse entre sí para poder influir en las decisiones de gobierno, lo cual limita aún más el número de alternativas.

3) El gobierno en el poder maneja todos los asuntos anejos a la democracia, lo que podríamos llamar "organización de la democracia", por lo que en realidad éste tiene el poder efectivo de decidir cuanta democracia quiere en un momento dado (y su elección casi siempre es “ninguna”). Es el gobierno quien decide someter una acción de gobierno a referéndum o no hacerlo, no el pueblo. Es el gobierno quien elige si adelantar o no las elecciones, no el pueblo. Es el gobierno quien decide qué leyes cambiar y cómo, no el pueblo, y así un larguísimo etcétera.


Conclusión: La consecuencia de todo esto es que el pueblo tiene un papel muy pequeño en las decisiones del gobierno, y por ello acaba no preocupándose por éstas, o si lo hace suele ser para protestar sin esperanzas de cambio, o simplemente para lamentarse. La sensación es que las decisiones del gobierno no están en la mano del pueblo, lo cual dice bastante poco en favor del actual modelo democrático, donde en teoría el pueblo debería tener el poder real.

Sin embargo todos estos problemas se pueden solucionar con otros modelos democráticos. Veamos una posibilidad, un modelo que podríamos llamar "DEMOCRACIA MODULAR".

Este es también un mecanismo representativo (no es democracia directa), pero el control que tienen los electores sobre lo que se decide es infinitamente mayor. La democracia directa pura, al menos por el momento, la considero inviable por el enorme número de problemas logísticos que representa, aunque quizá en un futuro la tecnología permita su existencia.

Las reglas de la Democracia Modular son sencillas:

  • La población completa se agrupa en grupos de 10 ciudadanos. La pertenencia a estos grupos es libre y puede modificarse en cualquier momento. Estos grupos no están limitados por ningún tipo de restricción geográfica (ni de ningún otro tipo). Esto quiere decir que lo único que deben tener en común estos miembros es el deseo de formar el grupo.
  • Los grupos preexistentes no están obligados a aceptar a miembros que no deseen.
  • Los grupos se autogestionan organizativamente.
  • Estos grupos eligen a uno de ellos por votación simple para que los represente
  • Este primer nivel de representantes se organizan a su vez en grupos de 10. Estos grupos están compuestos solamente por ciudadanos elegidos previamente por los grupos "de base".
  • Este grupo de segundo nivel también elige a un representante por votación simple. El sistema se repite hasta que ya no se puede iterar más. (En una población de 40.000.000 personas, con seis niveles sería suficiente). El quinto nivel estaría compuesto por 40 personas, o sea 4 grupos de 10. Cada grupo elige a un representante, con lo que habrían 4 personas formando "la cúpula" del gobierno.
  • Los grupos pueden cambiar a su representante en cualquier momento.
  • Los representantes no tienen cargos oficiales, ni sueldo ni derechos extraordinarios
  • Este número 10 tiene dos características: 1) es arbitrario y está puesto como ejemplo, 2) representa un mínimo. No hay máximo

Algunas características de este sistema:

· Todos los ciudadanos pertenecen a un solo grupo de base como máximo, pero pueden pertenecer simultáneamente a varios grupos en jerarquía creciente. (Se puede pertenecer a varios grupos "verticalmente" pero no "horizontalmente")

· El cambio de representante de un grupo tiene un "efecto en cadena" si el representante en cuestión también había sido elegido representante en jerarquías superiores.

· No hay límite de tiempo (ni por arriba ni por debajo) predefinido en el que una persona sea representante

· No hay necesidad alguna de partidos políticos (tampoco los prohíbe)

En este sistema los representantes están obligados a serlo de verdad. En el mismo momento en que un representante empiece a no obedecer la voluntad de quienes le han elegido, será sustituido. Un "presidente" del gobierno puede dejar de serlo en cualquier momento en cuanto el grupo de 10 de base al que pertenece así lo decida, aparte de si lo decide el grupo de 10 que directamente lo ha elegido. Esto no genera ningún tipo de "inestabilidad" porque este representante puede seguir siéndolo toda la vida mientras cumpla con lo que esperan de él los que lo han elegido. Las personas que nombran a alguien como representante son exactamente las mismas que pueden cancelar en cualquier momento este nombramiento.

Este es un sistema ELECTIVO, no es un sistema de gobierno en sí, ni, por supuesto, un sistema económico. Su objetivo es “simplemente” determinar quien está arriba, y asegurarse de que el pueblo tiene herramientas efectivas para trasladar a estas personas su voluntad, mediante un sistema de “representantes dinámicos y cercanos”.

Este modelo que doy es una idea general, no está totalmente especificado, por lo que se pueden idear diferentes variantes, complementos y mejoras.

No estoy diciendo que este sea el mejor modelo posible, sino el mejor modelo que responde a la definición PURA de democracia. No soluciona “los problemas del mundo”, pero sí buena parte de los problemas que los propios humanos nos creamos a nosotros mismos.

RESUMEN:

El problema de la Democracia Directa es de tipo logístico: no es razonablemente posible convocar elecciones/referéndums varias veces al día que involucren a millones de personas para que decidan sobre todos los aspectos de un gobierno. La solución histórica a este problema ha sido la Democracia Representativa, en la que las decisiones se delegan en un grupo de “profesionales” elegidos democráticamente. El problema de este sistema es que, tras haber elegido a un representante, se tiene muy poco control sobre él. La democracia directa sin embargo es posible (incluso se puede decir que es la norma) en grupos pequeños (una familia, un grupo de amigos, una asociación de vecinos, etc.). Estos grupos pueden implementar democracia directa o representativa, pero en este último caso el control que ejercen sobre el representante elegido es mucho mayor, debido a razones de proximidad, y la diferencia que hay en estos grupos entre democracia directa y representativa se diluye. Por ello, la aproximación modular intenta trasladar aquello que es posible en un grupo pequeño a otro grupo pequeño, en este caso un grupo hecho de representantes de otros grupos, que, al manejarse de igual manera que el grupo de base, puede repetir este proceso hasta que se establece una jerarquía completa de toda la población, jerarquía que no se impone desde ningún grupo en particular, sino que surge de manera natural de entre las personas de confianza de los grupos.

viernes, 17 de junio de 2011

La Fabada Hexadecimal

Dije que en este blog habría frikismo... y aquí lo tenéis

Hace ya mucho, mucho tiempo...
...estaba yo en una clase de informática, cuando el profesor dijo algo que me sacó de mi sopor:
"...y asignamos al servidor la dirección (usando el protocolo ipx) FABADA..."
¿Fabada? ¿qué tiene que ver un tradicional plato hecho con alubias con el protocolo IPX?

Nada, en realidad. Resulta que la dirección IPX (un número) se suele expresar en el sistema hexadecimal*(ver nota al pie).

Y claro, puestos a escoger una dirección facilita de recordar, mucho mejor FABADA que, por ejemplo, 45B9FF. Una verdadera muestra de ingenio del profesor.

Pero... ¿era la única opción? ¿la mejor opción? Puestos a cavilar, ¿cuántas palabras diferentes se pueden componer en castellano con las
letras de la A a la F?

Esta es mi lista:

a
abad
abecé
acaba
acabad
acabada
acabe
acceda
accede
acceded
aceda
afea
afead
afeada
afee
baba
babea
babead
babeada
babee / babeé
baca
be
beba
bebe / bebé
bebed
beca
becad
becada
befa
cabecea
cabecead
cabeceada
cabecee / cabeceé
caca
cada
café
ce
ceba
cebad
cebada
cebe
ceda
cede
ceded
da
daba
daca
dad
dada / dadá
de
deba
debe
debed
decae
decaed
dedada
defeca
defecad
defecada
e
efe
fa
faba
fabada
faca
fada
fe
fea

68 en total. La más larga es "cabeceada" con 9 letras.

Desafío al universo a encontrar otras palabras no incluídas aquí. Por supuesto, tienen que ser palabras castellanas (no me valen "bed" ni "face" ni "cedé") y no inventadas (p.ej., "ábaca", el supuesto femenino de ábaco). Tampoco valen nombres propios ("Fefé", "Fede", "Bea", "Adab", etc.).

Coloquialismos de grupos reducidos casi mejor que no... p.ej. "Cefea" es la comida que buscan los cerdos hozando en la tierra... en Salamanca. La idea es escurrirse el cerebro, no leerse entero el diccionario.

Ah, y los acrónimos NO son palabras (nada de ABBA**, ABC, CEE, CD, BBC, CCC, etc.)

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*números en base 16, con cifras 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, A, B, C, D, E y F.

El sistema decimal (el que nos enseñan en el parvulario) es el que tiene base 10, con cifras 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9
El famoso sistema binario tiene base dos, y por tanto, sólo dos cifras: 0 y 1
Los humanos solemos usar el sistema decimal porque tenemos 10 dedos (dígitos en latín) para contar. Los ordenadores usan el sistema binario porque no tienen dedos, sino circuitos, que pueden estar enchufados (1) o apagados (0). Otro día profundizaremos más en esto.


**ABBA, el grupo musical sueco, está descartado por dos motivos:
1) Es un nombre propio
2) Es un acrónimo (Compuesto de las iniciales de los 4 miembros del grupo: Agnetha, Björn, Benny y Anni-Frid).

Una pequeña muestra de conocimiento friki en un tema ya bastante friki de por sí.

lunes, 6 de junio de 2011

Libertad, Responsabilidad y Autoridad (y Teléfonos Móviles)

Hace nada estaba yo leyendo esta noticia: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/incertidumbre/perjudicial/salud/elpepusoc/20110602elpepisoc_1/Tes

Nada interesante... un nuevo estudio para ver si hay alguna correlación entre el uso del móvil y el cáncer. En este caso se trata de un metaanálisis, lo que significa que no han hecho ningún experimento, simplemente han cogido diversos estudios anteriores, los han mezclado, y el resultado lo han vuelto a analizar para ver si salía algo diferente a lo que ya había salido anteriormente.

El equipo de científicos informó del resultado: nada concluyente. No se prueba que haya una relación, ni tampoco se descarta que pueda haberla.

Hasta aquí, nada anormal. Sin embargo, leyendo las opiniones de los respetables, y aún más después, leyendo los comentarios que hace el personal anónimo, me quedé maravillado: una multitud, enfadada y temerosa, que EXIGÍA a la OMS o al responsable de este estudio que les dijera si tenían que seguir usando el móvil o no.

Básicamente, tachaban a los autores del estudio de “irresponsables” por haber “sembrado dudas” sobre la seguridad de los móviles, creando una “gran alarma social”, pero sin después explicar al mundo cuantas horas se podían usar los móviles sin peligro, si era peligroso llevarlo en el bolsillo, si había que comprar fundas protectoras, si los niños podían usarlos, etc... Evidentemente esta gente memorizó la parte del resultado que decía “no se descarta que pueda existir una relación entre el uso del móvil y el cáncer”, pero se olvidaron de la que decía justo antes: “no hay pruebas que muestren una relación”.

El director del equipo que hizo el estudio manifestó: "Son los consumidores los que deben tomar la decisión de qué hacer". Esta frase tan educada en realidad quería expresar: “¿Y mí que me contáis? Sabéis lo mismo que yo, así que haced lo que os parezca.”

Por supuesto, esta “aclaración” no hizo más que exacerbar el enfado y los recelos de la gente. La teoría de la conspiración estaba servida: “Saben algo, pero no nos lo quieren decir. Están vendidos a las multinacionales de los móviles, y por eso no nos dicen que no los usemos, pero no nos dicen tampoco que los podemos usar sin peligro para evitarse responsabilidades penales cuando se nos empiece a caer la cabeza a cachos”

Esta situación es bastante curiosa y merece una pequeña reflexión. Por un lado tenemos a un señor que nos dice “estos son los datos, haced lo que creáis más conveniente”, y por el otro, tenemos a muchas personas que no quiere tomar esa decisión por sí mismas, si no que quieren que alguien la tome por ellos.

¿Quién dijo que la libertad no daba miedo? Eso es justo lo que tenemos aquí. Todos queremos tomar decisiones correctas, y nos da pánico equivocarnos. En este caso, si seguimos usando el móvil y después resulta que sí daba cáncer, nos habremos equivocado. Si tiramos el móvil a la basura y después resulta que no pasaba nada, también nos habremos equivocado.

Lo curioso del ser humano en estos casos es que, en vez de reflexionar un poco y tomar la decisión más prudente, busca AUTORIDADES que le digan qué tiene que hacer. Esto tiene un doble objetivo: 1) librarse de la angustia de la decisión, y 2) tener a alguien a quien hacer RESPONSABLE en caso de que la decisión sea errada.

Buscar a alguien que sabe más que tú para que te aconseje no es una mala costumbre. Lo que sí lo es es dejar que te aconseje alguien que sabe lo mismo que tú (o en algunos casos, menos). Por lo visto, en esta sociedad que nos bombardea con recomendaciones, anuncios y propaganda, sí que se nos ha reblandecido un poco el cerebro, pero no por los móviles.

La triste realidad es que nos hemos vuelto cómodos, y también muy manejables. Manejables porque estamos deseando que aparezca ese entendido, esa figura paterna, ese experto, ese político, ese sacerdote, a decirnos que tenemos que comprar, que tenemos que hacer y en que tenemos que creer. Lo hacemos porque es más cómodo, porque todos lo hacen, porque no nos gusta ir contra corriente, y porque queremos tener a alguien a quien quejarnos de que las cosas no nos han ido bien. Y porque no queremos tener la culpa de nada.

No creo que me equivoque si digo que la mayoría de los españoles saben poco o nada de economía. Sin embargo, cuando la economía va mal, tenemos una figura a la que gritar y a la que exigir que todo vuelva a ir bien cuanto antes, tenemos a un RESPONSABLE. Sin embargo, la economía no es tan sencilla: la economía es el conjunto de todas las decisiones económicas que toman todos los individuos del grupo, no sólo de las decisiones que toman “los de arriba”.

Ahora mismo ¿alguien se siente culpable de algo? ¿podríamos haber hecho algo para que ahora no estuviéramos en la situación en la que estamos? Supongo que la respuesta abrumadora es NO. “No, nosotros no hemos hecho nada, han sido los inútiles de arriba los que lo han fastidiado todo”

¿Seguro? Pensémoslo dos veces. ¿Acaso esos “inútiles” no son exactamente los que queríamos? ¿No los votamos para que estuvieran ahí? Y se pueden hacer más preguntas: ¿Compraste productos de tu país? ¿Pediste préstamos? ¿Produciste lo suficiente en tu trabajo? ¿Elegiste un trabajo que genera riqueza para la sociedad? Y un largo etcétera.

Seguro que estas preguntas tendenciosas que os hago están alimentando, no la duda, pero sí un pequeña animadversión por quien os las está haciendo. "¿Qué demonios dice este tipo?" estaréis preguntándoos. "¡Todo el mundo sabe que los culpables de la crisis son los políticos y los banqueros!". Lo siguiente que pensaréis será que vosotros no tuvistes capacidad de DECISIÓN sobre las cuestiones que os planteo: "Voté X porque Y ya llevaba mucho tiempo en el poder y se estaban corrompiendo", "Compré el producto más barato porque no me sobra el dinero", "Pedí un préstamo para el piso porque vivir de alquiler es tirar el dinero", "Yo trabajo todo lo que me dejan", "Suerte tengo de haber encontrado el trabajo en el que estoy", etc.

Lo que tenemos aquí es una interesante paradoja: Creemos que los políticos y los banqueros son quienes tienen capacidad de decisión, mientras que los demás, no la tenemos o tenemos muy poca. Lo cual equivale a decir que si sale todo bien, es gracias a ellos, y si sale todo mal, es por culpa de ellos. Sin embargo, de cara a los resultados, resulta que pesan mucho más las decisiones que toman los millones de inviduos que no forman parte del poder, que las que toman los pocos que sí forman parte de él.

No estoy intentando decir aquí que lo blanco es negro y lo negro es blanco. Individualmente, un persona en el poder tiene más capacidad de influencia que una persona que no está en el poder. Pero, en conjunto, y debido a la desproporción numércia que hay entre un grupo y el otro, la gente que está en el poder tiene MENOS poder del que creemos, y que la gente que no está en el poder tiene MÁS poder del que creemos.

Es tal la necesidad que tenemos los humanos de descargar responsabilidades en otros, que, aunque estos otros lo hagan penosamente mal, preferimos conservarlos antes que tener que empezar a tomar decisiones por nosotros mismos. Les pegamos dos gritos, les hacemos que cambien un par de caras por otro par de caras, y ya se nos ha pasado el enfado.

Admitámoslo: nos gusta que nos arrastre plácidamente la corriente. Preferimos tomar el menor número posible de decisiones en nuestra vida. Preferimos que todo nos vaya viniendo medio impuesto, de manera que no se nos puedan pedir explicaciones por nada que hagamos. El niño adopta la religión que tengan sus padres: No las examina todas y elige la que más le gusta. Eso sería tomar una decisión, y tomar una decisión supone hacerse responsable de ella. Es más fácil asumir que uno tiene que ser lo que los demás esperan de él. Así que este niño NO ELIGE ser cristiano (o musulmán, o lo que sea), sólo ASUME tácitamente que debe serlo.

En nuestra vida, asumimos que tenemos que ir al colegio, luego asumimos que tenemos que ir a la universidad, luego asumimos que tenemos que trabajar, asumimos que el trabajo ha de ser de lo mismo que hemos estudiado, asumimos que mejor cerca de casa. Asumimos que tenemos que salir de fiesta, asumimos que tenemos que conocer a “esa persona especial”, asumimos que tenemos que estar un tiempo de novios y que luego hay que casarse (es lo que toca). Asumimos que tenemos que votar a uno de los partidos mayoritarios para no tirar el voto a la basura. Asumimos que tenemos que ganar dinero, y asumimos que cuando seamos viejos debemos dejar de trabajar. Finalmente, asumimos que en unos pocos años todo habrá acabado.

Nos gusta vivir en la ficción de que no tenemos apenas opciones, para que nadie nos puede recriminar nuestras decisiones. Sin embargo, esas opciones existen, y, a veces, alguna de ellas podría ser mejor que lo que escogemos sin pensar. En realidad, podemos hacer CUALQUIER COSA en CUALQUIER MOMENTO. Aterrador, ¿Verdad?

En este caso que nos ocupa, a muchos les hubiera gustado que el señor les hubiera dicho “tranquilos, podéis seguir con vuestros móviles”. Así, la elección que hay que tomar (seguir usando el móvil o no), ya es una elección “oficial”, es una instrucción que vale para todo el mundo y todo el mundo la seguirá con evidentes signos de alivio. Ya no hay que tomar la angustiosa decisión por nosotros mismos, porque ya hay verdad oficial.

Tomar decisiones es terrible. Pero sólo lo es cuando no estás acostumbrado. Yo os aconsejo que empecéis a practicar con pequeñas cosas: cuando quieras ponerte a dieta, en vez de mirar como siempre cual es la que está de moda ahora, infórmate de las características de varias dietas, y elige la que mejor creas que te va a ir. Cuando el país vaya mal y tus políticos no te den ninguna confianza, esta vez, en vez de votar automáticamente a la oposición, léete los programas políticos y elige al que creas que tiene las mejores soluciones.

Volvamos al móvil. Sabemos que puede que sí, y que puede que no. ¿Qué hacer? ¿Seguimos exigiendo a alguna autoridad sanitaria que se pronuncie? ¿Lo torturamos si es preciso? Esta vez probemos algo nuevo: utilicemos la información que tenemos. Si opto por usar el móvil y resulta ser malo, tenemos un problema grave. Si opto por no usarlo y resulta ser bueno... el problema es MENOS grave.

¿Qué voy a hacer yo? Usarlo poco, que es lo que vengo haciendo desde siempre.